Estoy botando el capullo o estoy volviéndome como la tortuga con la caparazón mas fuerte y de movimientos mas calculados, despaciosos esa podría ser la lección de la vida, he dejado lo mundanal para concentrarme en mi mismo, la vida te muestra las cosas a toda velocidad sin observar realmente lo que hay alrededor.
Me enamora la simplicidad de la vida, después de la tormenta viene la calma, cada día vivimos siendo presa del consumismo olvidando nuestra verdadera identidad, sometiéndonos a caretas ante la sociedad, dando surgimiento a las inconformidades del común, que si compro, o como visto y si el vehículo de mi vecina es mejor y debo cambiarlo, que ridiculez, deseando lo de los demás y embargando hasta mi felicidad.
Ni el poder ni el dinero te darán lo que recibes cuando hay satisfacción, con las monedas puedes comprar aplausos pero no sinceridad, la metamorfosis de cada uno debe incluir amor hacia los demás semejantes, incluyendo todos los seres vivos, las mascotas, las aves todos lo que inspire vida.
Hoy soy feliz cuidando "mi hermana menor" una Labrador de 12 años, fiel, sincera, no habla pero me entiende, me regalo todo su amor, compañía, y a pesar de la edad sigue siendo la atracción de la casa, imposible descifrar su mirada. Si existe algo sorprendente de las mascotas es su capacidad para perdonar, la regañas y vuelve enseguida, te espera, trasnocha y solo desea que la cuides hasta que llegue el final
Este es un homenaje a Natasha, de padre campeón en Perú, deportista que llego a mi casa para irradiarnos felicidad, para demostrarnos que el amor traspasa raza.
La metamorfosis del ser humano nos lleva mediante la edad a comprender mejor las cosas, nuestros hermanos menores llegan para cuidarnos, para amarnos y comprender que la vida y la muerte siempre nos van a encontrar, porque si hay paraíso para humanos igualmente debe existir para "perros"
Por fortuna la indolencia humana esta en desuso, muchas organizaciones protectoras están haciendo camino en ayuda, y miles de personas han comprendido que el verdadero problema somos nosotros, pues hemos perturbado su entorno, les hacemos difícil coexistir, he incluso pretendemos que aprendan "moralidad" y buenas costumbres, rótulos impuestos por la supuesta evolución.
Cuento corto, pero denso.
Gabriel García Márquez
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba.
Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: " como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie".
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.
"Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no creyó en el niño!
Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.
¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:
Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
Papá, respondió el niño; yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.
Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.
"Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo".
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Gabriel García Márquez
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba.
Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: " como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie".
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente.
"Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo".
Al principio el padre no creyó en el niño!
Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo.
Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.
¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?
De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:
Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?
Papá, respondió el niño; yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre.
Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.
"Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo".
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ