¿Qué le pedimos al niño Jesús?
Los ocañeros por el solo hecho de ser ocañeros somos
“Torcoromeros” es decir creyentes, devotos rezanderos pero pocos practicantes,
en eso terminamos cierta discusión hace días antes de la navidad.
Criticamos, manejamos el chisme como fuente de credibilidad
todo porque según los mas entendidos en el tema y me refiero a los amigos del
parque 29 de mayo “Cuando el rio suena es porque lleva piedras” haciendo
referencia a que de todo lo que se dice algo de cierto debe tener.
Eso es discutible, en Ocaña se inventan cuentos, encuestas,
premios, etc es decir buscamos la manera de figurar en algo. El mismo Gobierno
es mentiroso cuando muestra cifras amañadas o disfrazas, como el nivel de
satisfacción, crecimiento demográfico, percepción de los gobiernos, bajos
niveles de pobreza, etc.
Pero ¿Qué le pedimos al niño Dios? _ algunos le apuntan en
lo local a encontrar por fin un buen alcalde, un Concejo Municipal a la altura,
crecimiento de la economía local y no de la informal, seguridad efectiva, plan vial acorde a al
pueblo que se nos desarrollo a los “gorretazos” en fin, creo que las tendrá difícil el niño de
Belén para traernos tanta felicidad, todo porque aquí la gente poco usa el
cerebro a la hora de votar, y cuando suceden actos de la delincuencia,
violencia, y otros no menos preocupantes nos caen las fiestas, tema más que
analizado desde hace varios años, cuando se empezaron a privatizar, mal
extendido a poblaciones como Convención, Abrego donde el descontento después de
sus festividades genero todo tipo de comentarios, y es que esos “aguinaldos” a
los alcaldes les caen muy bien.
Hasta el momento no ha “pollos” visibles o por lo menos
fuertes a la alcaldía de Ocaña, solo pre-candidatos de oficio, personajes con
cara de ángeles que seguramente mostraran la “posesión demoniaca” hacia el
dinero cuando asuman el cargo. A quienes he tenido la oportunidad de escuchar,
les he notado cierta preocupación por el futuro de la ciudad, (obras con
tropiezos, escándalos como el del PBOT) conjurado ya, pero que dejo muy mal
parado al órgano coadministrador del municipio, o por lo menos enlodado en la
lengua viperina del parque 29 de mayo, porque en la ciudad del “no pasa nada”
ya es poco lo que sorprende.
Participe del debacle de ciudad, también es la comunidad,
poco solidaria, con deficiente cultura ciudadana, escaso sentido de pertenencia
y apatía por participar en Política (aclaro pero salen felices cuando ven el
papel morado) desaparición de las veedurías, asociaciones de usuarios, etc. Los
únicos que aportan algo a esta ciudad sin alma son las Fundaciones de
protección animal y de medio ambiente en auge gracias al trabajo altruista de
algunas personas inquietas en el tema y otras silenciosas que hacen su contribución.
La ciudad incontrolable, necesita que el niño Dios le mande
un personaje de pantalones, con criterio para gobernar y decida desde el
principio de parte de quien esta, los nombres que hasta el momento suenan, solo
causan una reacción contraria al sentir de la gente, todo porque la dinámica
politiquera acabo con los buenos sentimientos de los líderes comunales y en
ultimas de los que van como “borregos” a las urnas a cumplir el sagrado
compromiso de elegir.
Por eso seguramente, se verán nuevos nombres, líderes de
opinión e inconformes que vieron como se utilizaba un pueblo para beneficio
propio o de sus “elites” ya eso no existe, solo en las roscas de cafetería.
Preferiría, perfiles nuevos en la arena Política, capaces de
debatir y proponer una ciudad moderna-colonial con amplios espacios para la
cultura, el deporte, el apoyo a la microempresa formal, y alejados del “como
voy” que es el culpable del desastre que vivimos no solo en las ciudades
pequeñas sino en las grandes y que ya toma aspecto de posible “permisividad”
ante las instancias de Justicia pues el accionar va en su mayoría en procura de
la inocencia. ¿Inocencia? Inocentes los campesinos, que durante décadas se han
visto explotados, manipulados, y desechados por los politiqueros de turno, o díganme
cuántos de estos señores han recorrido las veredas y le han solucionado los
problemas al campo, en eso seguimos buscando la utopía, 7 reformas agrarias no
han sido suficiente, ahora en la Habana se cuaja otra que al parecer es más
coherente, pero con enemigos a la vista como los grandes terratenientes que
pretenden seguir con “obreros” nuevos esclavos modernos para el desarrollo de
sus intereses oponiéndose al la re distribución de la tierra.
Finalmente, más que peticiones el niño Jesús, las decisiones
y cambios tendrán que venir de nosotros, los tiempos de los milagros se ven
cada 300 años y pongo en duda que con el tipo de comportamientos de nuestros
ciudadanos tengamos ese celestial derecho.
Por lo pronto, solo me resta desearles éxitos, recuperación
de la dignidad y autodeterminación que tanto le faltan al pueblo colombiano.