¿Se puede secuestrar el Periodismo? Buena pregunta para este
mes de diciembre cuando comenzamos a hacer cuentas y vaticinios. No solo se
secuestra físicamente también se hace cuando se coartan ideas u opiniones
producto del dinero.
El caso del Periodismo colombiano no deja de ser
preocupante, se ha pasado de la libertad de prensa que en la última década ha
estado menguada por presión de grupos al margen de la ley, a la presión de las
pautas. Los primeros, aniquilan de tajo las ideas cuando están al servicio de
intereses, las segundas constriñen la realización profesional del comunicador
con el atenuante que quien se perjudica es el lector, oyente o televidente a
quien en ultimas se le maquilla el producto.
Las administraciones desde el orden nacional, departamental,
y municipal se volvieron expertas en Marketing tanto, que a veces usted puede
sentir o percibir un noticiero parecido a otro, lo que ha originado la
desmotivación de quienes siguen a diario la información, trayendo el fenómeno
de caída del Rating y por consiguiente algo más delicado la perdida de “la
credibilidad”.
Alguien apuntaba un dato curioso en una conversación- “un Periodista esta grave cuando no se le cree
ni un padre nuestro” esta frase reúne una decadente parte de la vida en el
ejercicio profesional de más de uno del gremio dejando en entredicho la
responsabilidad de llevar información con imparcialidad, objetividad y
veracidad.
Los que han logrado sobrevivir al “acoso” de las pautas
oficiales, es posible que hoy estén marginados, con problemas económicos, con
escoltas, asechados por perfiles falsos en redes sociales o descansando en un
panteón en el más terrible de los casos, porque decir la verdad cuesta en este
país.
La publicidad oficial, pasa por encima de lineamientos
éticos de las mismas empresas sin ninguna consideración lo que yo llamaría “el poder de los números sobre las
letras” lamentablemente distorsionando la percepción de la realidad y el
descubrimiento de algunas irregularidades, ahondado por el poco accionar de la
Justicia, que “solo” actúa para absolver
convirtiéndose esta nueva premisa en la “regla general”.
El periodista “Rockola” al parecer está en auge, y el
Periodismo independiente cada vez más arrinconado pero con futuro crecimiento, por
lo menos se percibe más fuerte, el Periodismo por dinero ya lo identifica la
gente, mientras el otro genera opinión y respeto.
La mordaza de la publicidad no puede estar por encima de los
intereses generales. Callar o distraer la atención sobre hechos posiblemente
dudosos podría sonar a “complicidad” con
lo que espero haga recapacitar a quienes tienen la tarea o encrucijada.
En Colombia más de 80 Periodistas cuentan con esquema de
seguridad, y gracias a ellos se han destapado los más sonados escándalos.
Cuando se hagan cosas buenas deben darse a conocer pero los
entuertos hay que destaparlos, el verdadero periodismo informa y no desinforma,
en alguna época lo dijo Juan Gossain . “Lo único que se puede hacer, es que los
propios periodistas se sientan, entiendan, comprendan que están haciendo un
oficio mal hecho. Que están sirviendo a unos intereses subalternos, de los
cuales ninguno es más importante que la prensa. Ni la política, ni la
presidencia, ni el congreso, ni los jueces. Nadie” puntualizo el maestro
Gossain.
Desde que comenzó el sonajero de precandidatos a la alcaldía
y Concejo de Ocaña se evidencio la dirección y posicionamiento que quisieron
darle a algunas de estas personas, poniéndolas en “altar” inmerecido por cuanto no representan
siquiera la idea de ciudad que debemos tener y que por décadas no hemos
conseguido pasando a la categoría de “utopía”.
Los nombres solo hacen eco al continuismo, clientelismo,
amiguismo, que nos ha mantenido en el atraso, ahora pregunto amigo lector,
¿Acaso no existen más personas con un perfil idóneo o adecuado para servir? -
De continuar la ciudad en los mismos y con las mismas estoy casi seguro que nos
vendrán años y años de lo mismo, perdiendo una importante oportunidad.
Ni un nuevo mercado, ni una terminal en funcionamiento
creada para descongestionar el centro de
la ciudad, ni seguridad, sin protección ambiental, ni una cara diferente, ---
¡nada! - Y los demás tragando entero esperando el día de elecciones para entregar
el municipio a la misma clase politiquera y de paso embarrarla por no decir
otra cosa.
La ciudad se quedo rezagada en lo parroquial, con enormes
falencias y necesidades por cumplir, sino estamos para dar los pasos de cambio
“apague y vámonos” Ocaña siempre será el platillo preferido de politiqueros y
oportunistas de turno.
Por último, los males de la política tal parece se ven hasta
en las elecciones de Cámara de Comercio, apatía para votar, llamados por lista,
transporte, en fin el Comercio en las mismas condiciones de desamparo, olvidando
funciones como: investigaciones económicas sobre aspectos específicos del
comercio interno o exterior, organizar exposiciones y conferencias (bueno acá
pocos asisten) además de editar estudios
(art 86 C. de C) dotación de instalaciones necesarias para la realización de
ferias y otros eventos, promover el desarrollo regional, y otras más. En Ocaña
la informalidad se toma la ciudad y por lo que veo no existe preocupación por
esto, aunque las Cámaras de Comercio nunca han tenido tanta importancia pero si
sería necesario conocer el estado o diagnostico actual del comercio local.
Aclaro en esta columna que todas las opiniones en este
semanario, y medios virtuales, son
personales y en nada comprometen la compañía donde laboro.
Gracias por encontrarnos cada semana en el Informador del
Oriente, hasta la próxima.
ADENDA: ¿Que va a pasar con la escuela Simón Bolívar centro?
¿Ya
existen soluciones?
No hay comentarios:
Publicar un comentario