viernes, 3 de enero de 2014

Vuelve y juega

De nuevo un tema de interes para este inicio de 2014, hace un ano hablabamos de lo mismo, las fiestas de Ocana y su evolucion como comunidad. Lo cierto es que en materia de lo llamado popular encontramos algunos aciertos como la nueva zon
a cero o de tolerancia, una magnifica idea para quienes distamos de la celebracion escamosa y el desorden que se traducen en agresion y violencia en algunos casos.
como ciudad con tradicion y de tantos años de ensayo es impreciscindible que una proxima adminnistracion le de el empuje cultural que hoy reclama y de una vez por todas acate el llamado de ambientalistas en el tema de desperdicio y deroche de agua, en un pais que ya afronta dificultades en materia hidrica, caso GUAJIRA Y LOCALMENTE CORREGIMIENTO DE AGUAS CLARAS, para tener en cuenta, oportunidad para otro tipo de eventos que sirvan de promocion dela ciudad y atractivo para turistas que son atraidos por Santa Marta, Panachi u otra ciudad, ante la  demostracion de irracionalidad en el comportamiento de algunos Ocaneros que en medio  de tragos formulan el abuso.
Al escribir este articulo logro detectar la comunidad cierto malestar en la  realizacion de los eventos privados o conciertos, ante el exceso de lo mismo en cuanto a la musica y precios al interior de los bailes sin hablar sobre el dano producido a la gramilla del escenario mas importante que tiene la ciudad el estadio Hermides Padilla.
Mientras acá se estipulan entradas carísimas en otras poblaciones se inclinan por lo Popular y totalmente gratis, eventos que sólo dejan grandes ganancias al Empresario mientras la población sigue sumida en la pobreza. El derroche de agua tarde o temprano pasara su cuenta de cobro, con la mirada de sorpresa de quienes tuvieron la responsabilidad de evitarlo, si bien cierto vivimos en una sociedad capitalista, merece toda la atención las políticas encaminadas a la preservación del único planeta habitable, señores no todo es el dinero, propongo para la próxima la elección de una persona con gran sentido de pertenencia, conciencia ecológica y sentido social, en un mundo donde poco se respeta y analiza, vuelve y juega la misma historia se repite con soluciones de paños de agua tibia, la cacareada zona cero, puede ser noble en propósitos pero solo con acciones contundente podremos lograr los cambios que hoy no dan espera , recordando la poca autoridad y cultura ciudadana, el desprecio por los valores y una familia desmoronada, espero no suene a regaño solo con ánimo de construir y llamar la atención en un tema que genera recapacitacion, felices fiestas ojalá sin agua pero con mucha Cultura. (Al terminar de este artículo ya se escuchan voces de inconformidad y denuncia de quienes abusan del Carnaval agrediendo a los demás)

2 comentarios:

  1. Los carnavales en Ocaña son el relejo de una sociedad en un atraso cultural que es inconcebible, frente a una sociedad indiferente y acomodada frente a esta actitudes anti-ciudadanas y bárbaras, una ciudad que se siente orgullosa de su patrimonio histórico de hidalguía, señoría e historia, no se conduele frente a semejante comportamiento vándalo. Y las autoridades encargadas de canalizar estos desbordamientos sin límites a actividades artísticas, no se interesan en realizar los cambios que se necesitan y están convirtiendo este centro de historia en una ciudad caótica y vulgar.

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  2. No se le debe echar la culpa a tal o cual alcalde, pero definitivamente estos representan una autoridad, que les permite direccionar de manera constructiva y progresiva cambios en las actitudes y actividades colectivas de las gentes del territorio donde gobierna. Dicho de otra manera, mientras tengamos alcaldes sin un pensamiento definido o una estructura ideológica determinada, un pueblo no será dirigido por la ruta de la transformación necesaria en actividades como los carnavales de Ocaña, que como se ve, seguirán igual un par de años más hasta tanto dirigentes con pensamientos eco-socialistas, ambientalistas o progresistas nos hagan precisar un cambio en la forma como llevamos nuestras festividades.

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