para dictar clases en una universidad
Como homenaje a quienes tienen la
tarea de despertar el pensamiento en los jóvenes hoy les traigo una importante
descripción de las cosas que hace un maestro cada día, pasando desde el asombro
por las virtudes, inteligencia de sus alumnos y también por las decepciones en
algunos casos, aplica este trozo de experiencias ajenas para cualquier
universidad del país. PARA DICTAR CLASES EN UNA UNIVERSIDAD ….Tienes que
madrugar. Tienes que tener alma de policía para detectar sospechas de fraude.
Tienes que inventar, un programa de estudios cada seis meses. Tienes que
cambiar el programa cada seis meses, o maquillarlo para que parezca sustentado
en lo último de la pedagogía. Tienes que usar en el programa palabras muy feas
como interdisciplinario, contexto o desarrollar. Tienes que incluir en el
programa cosas absurdas como objetivos generales y específicos, marco teórico y
justificación. Tienes que vestir bien ganando poco dinero. Tienes que engordar
la bibliografía del programa con libros que no leíste ni tienes la más remota
intención de leer. Tienes que ser un ejemplo de puntualidad para las nuevas
generaciones, y tienes que interrumpir tu clase cada momento durante los
primeros veinte minutos, porque siguen llegando estudiantes. Tienes que repetir
en cada clase lo que dijiste en la anterior, porque ya se olvidaron. Tienes que
repetir tres y cuatro y cinco veces cualquier instrucción que des. Tienes que
aceptar las excusas de los que hicieron mal la actividad, porque no entendieron
la instrucción que repetiste tres y cuatro y cinco veces. Tienes que usar en tu
discurso menos preguntas y más afirmaciones. Tienes que ilustrar lo que quieres
decir con ejemplos y casos graciosos, o tomados de Facebook o de un programa de
TV. Tienes que olvidarte de dar las fuentes de lo que dices, porque no
importan. Tienes que asistir a comités. Tienes que levantar la mano o la voz en
los comités. Tienes que fingir que te interesan las tonterías que tus colegas
discuten en los comités. Tienes que inventar excusas para no asistir a todos
los comités. Tienes que aceptar tus errores. Tienes que ser Psicólogo para
entender la actitud de tus alumnos. Tienes que aclarar algo que dijiste, porque
el benemérito profesor de otra asignatura dijo lo contrario. Tienes que
escribir en la pizarra con letra grande y clara. Tienes que entender los
emoticones y abreviaturas que usan tus estudiantes cuando te escriben un correo
o un mensaje de texto en otras palabras ser grafólogo. Tienes que resignarte a
que no compren un libro por barato que sea, y siempre estén leyendo en
fotocopias subrayadas. Tienes que buscar en Google algunas frases de los
trabajos de tus estudiantes cuando te parecen muy bien hechas. Tienes que
denunciar al plagiario ante las autoridades de la universidad, pero no lo haces
porque el trámite y el drama son extenuantes. Tienes que ser tan paciente como
la madre de siete hijos. Tienes que usar presentaciones de Power Point para que
no se duerman. Tienes que convertirte un poco en actor, maestro de ceremonias y
payaso. Tienes que aguantarte las ganas de fumar. Tienes que aguantarte las
ganas de llevarte a la cama a algunas de tus alumnas. Tienes que acordarte de
apagar tu celular. Tienes que seguir hablando aunque suene con insistencia un
celular. Tienes que apretar los dientes cuando contestan la llamada o salen del
salón para contestar. Tienes que preguntar en las pruebas sólo lo que dijiste
en clase o lo que les pediste que leyeran, porque si no podrían llevarte ante
un tribunal. Tienes que corregir. Tienes que usar lápiz rojo. Tienes que
descifrar como un criptógrafo lo que escriben en las pruebas. Tienes que
prometer que ya vas a entregar las pruebas calificadas cuando te tropiezas con
siete alumnos que te preguntan por ellas. Tienes que entender que no todos tus
discípulos son Einsten o superdotados. Tienes que tener un celular para ellos
(alumnos) y otro para la familia. Tienes que quedarte al final de la clase
oyendo las ideas con las que tus alumnos van a poner al mundo patas arriba.
Tienes que traducir a números lo que hacen tus estudiantes durante todo el
semestre y tienes que aprender a usar el odioso Excel para reducir esos números
a uno definitivo. Tienes que discutir como abogado penalista con los
estudiantes que no pasaron el curso. Tienes que hablar bien de tu director
porque corre peligro tu puesto. Tienes que justificar ante tu jefe por qué
perdieron tu curso tantos estudiantes, o por qué lo van a repetir tan pocos.
Tienes que madrugar. Tienes que inventar un programa de estudios cada seis
meses. Tienes que preguntarte qué haces otra vez allí. Y tienes que dejar de
una vez por todas de preguntar. Tienes que renunciar. Tienes que sentir un
profundo amor por la academia cuando vas por tan poco dinero. Tienes que
socializar con los Che Guevara polluelos o los ultraderechistas. Tienes que
usar brújula pues muchas veces no sabes en que salón debes dar clases. Tienes
que cambiar tu carro por un helicóptero para llegar a tiempo a clase. Tienes
que tomar medicamentos para la memoria y poder saber dónde diablos esta el
examen de determinado alumno. Tienes que sonreír es la forma agradable de que
todos entiendan tantas cosas que dices.
Mis redes sociales Twitter Yamid_rmanzano BLOG:
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a todos por sus comentarios diariamente que nos impulsan a seguir adelante,
¡seguimos haciendo la tarea!
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