jueves, 12 de marzo de 2015

Las fallidas marchas







Este mes no es cualquier mes, tiene varias connotaciones especiales y todo porque existen varias celebraciones importantes.
Marzo es imprescindible para las mujeres ya que ellas celebran su día cada 8 de este mes, algunas desde el campo solo se acuerdan a través de los programas de radio, para ellas no hay gallina, sancocho o las flores, bueno tal vez si las que con tanto esmero mantiene en sus jardines en la vereda.

En las ciudades la cosa es diferente, hay posibilidades de fiesta, reuniones, detalles y uno que otro “guaro” porque claro, es la mejor oportunidad de demostrarles afecto. Sin embargo no deja de preocuparme los altos índices de maltrato a que están sometidas, a veces desde las oficinas, otras veces en la casa siendo la victima silenciosa de los actos “machistas” de esta sociedad.

Lo cierto es que desde el ámbito internacional las mujeres son cada vez más destacables, el espacio que se han ganado no es gratuito y todo se debe a la lucha que han venido llevando desde décadas, pero aunque se pregone su ascenso a las oportunidades la verdad es otra, aquí todavía reina el “machismo” la utilización con efectos como el caso del “prepaguismo” pone en un nivel antimoral y eleva a calidad de “mercancía” todos sus dotes y afectos.

En Colombia se realizo la “marcha por la vida” con excelente participación en algunas ciudades promovidas por  Antanas Mockus, en claro respaldo al derecho mas violado aquí, en el país “más feliz del mundo”.
En Ocaña esta marcha solo conto con la participación del alcalde y algunos funcionarios de la administración, personas del común, activistas, cultores y amigos de “Kika” recordándonos que siempre vivirá entre nosotros los soñadores, una madre que perdió una de sus hijas en hechos de violencia, Periodistas en cubrimiento de la información, y uno que otro ciudadano activo e indignado de esta indolente ciudad. Irónicamente más de 10.000 mujeres asistieron a su celebración en la Plaza de Ferias, creo como dijo un asistente “porque a las marchas se va obligado a firmar o porque hay fiesta” pensaría más bien que solo falto difusión. Para destacar por ejemplo la presencia de Yuri Carrascal candidato a la alcaldía de Ocaña, alto y difícil de enfocar para los camarógrafos, con buenas referencias según pude escuchar (el mejor termómetro es la calle) y de quien pude constatar el amplio conocimiento de los problemas de Ocaña, su preocupación y su intención de participar en el próximo evento electoral, ¡a Yuri hay que conocerlo!  Creo que el que poca gente lo conozca lejos de ser una desventaja es una fortaleza, pues nadie tiene algo que decir, por el contrario mucho que aprender, en ultimas para darse a conocer está la campaña que me imagino este año será record y de mucho esfuerzo debido a la gran gama de aspirantes. Cuándo le pregunte porque  asistía, sin dudar me respondió, “la solidaridad y la vida deben defenderse a diario, tenemos que hacer pedagogía para que los demás sigan creyendo en que esto tiene que cambiar” termino. En eso estoy totalmente de acuerdo.

El compromiso como ciudadanos debe seguir creciendo, si bien es cierto que las marchas no van a cambiar de “tajo” o a curar las secuelas de 50 años de conflicto, que ya llevamos en los genes, si debemos trabajar en motivar a la sociedad. Finalmente pregunto ¿donde están los defensores de Derechos Humanos? ¿Dónde está la iglesia? ¿Dónde están las mujeres que han sido golpeadas? ¿Dónde está el resto de víctimas de la violencia?
El asunto no es de votos, ni de partidos, el asunto es más complejo y tiene que ver con la defensa de la vida el cual atañe a todos.
El miedo así siga haciendo su efecto, no podrá contra aquellos que luchan por sus ideales de cambio y de bienestar social. Las marchas fallidas del “uribismo” (derecha radical), o de cualquier otro sector, las marchas fallidas de las víctimas ( las que llevan del bulto )  podrían ir en decadencia  de no existir un serio compromiso desde abajo, del de a pie, del que quiere que el país se desarrolle con compromisos serios desde lo social. Sin estar a favor de los actores del conflicto, desde la óptica del que solo observa creo que más fuerte que  las marchas existe la esperanza, aquella que con la paciencia nos dará la razón, ¡Viva la Paz!





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