sábado, 13 de diciembre de 2014

Periodismo secuestrado






¿Se puede secuestrar el Periodismo? Buena pregunta para este mes de diciembre cuando comenzamos a hacer cuentas y vaticinios. No solo se secuestra físicamente también se hace cuando se coartan ideas u opiniones producto del dinero.
El caso del Periodismo colombiano no deja de ser preocupante, se ha pasado de la libertad de prensa que en la última década ha estado menguada por presión de grupos al margen de la ley, a la presión de las pautas. Los primeros, aniquilan de tajo las ideas cuando están al servicio de intereses, las segundas constriñen la realización profesional del comunicador con el atenuante que quien se perjudica es el lector, oyente o televidente a quien en ultimas se le maquilla el producto.

Las administraciones desde el orden nacional, departamental, y municipal se volvieron expertas en Marketing tanto, que a veces usted puede sentir o percibir un noticiero parecido a otro, lo que ha originado la desmotivación de quienes siguen a diario la información, trayendo el fenómeno de caída del Rating y por consiguiente algo más delicado la perdida de “la credibilidad”.
Alguien apuntaba un dato curioso en una conversación-  “un Periodista esta grave cuando no se le cree ni un padre nuestro” esta frase reúne una decadente parte de la vida en el ejercicio profesional de más de uno del gremio dejando en entredicho la responsabilidad de llevar información con imparcialidad, objetividad y veracidad.

Los que han logrado sobrevivir al “acoso” de las pautas oficiales, es posible que hoy estén marginados, con problemas económicos, con escoltas, asechados por perfiles falsos en redes sociales o descansando en un panteón en el más terrible de los casos, porque decir la verdad cuesta en este país.
La publicidad oficial, pasa por encima de lineamientos éticos de las mismas empresas sin ninguna consideración lo que yo  llamaría “el poder de los números sobre las letras” lamentablemente distorsionando la percepción de la realidad y el descubrimiento de algunas irregularidades, ahondado por el poco accionar de la Justicia, que  “solo” actúa para absolver convirtiéndose esta nueva premisa en la “regla general”.

El periodista “Rockola” al parecer está en auge, y el Periodismo independiente cada vez más arrinconado pero con futuro crecimiento, por lo menos se percibe más fuerte, el Periodismo por dinero ya lo identifica la gente, mientras el otro genera opinión y respeto.
La mordaza de la publicidad no puede estar por encima de los intereses generales. Callar o distraer la atención sobre hechos posiblemente dudosos podría sonar a “complicidad”  con lo que espero haga recapacitar a quienes tienen la tarea o encrucijada.
En Colombia más de 80 Periodistas cuentan con esquema de seguridad, y gracias a ellos se han destapado los más sonados escándalos.
Cuando se hagan cosas buenas deben darse a conocer pero los entuertos hay que destaparlos, el verdadero periodismo informa y no desinforma, en alguna época lo dijo Juan Gossain . “Lo único que se puede hacer, es que los propios periodistas se sientan, entiendan, comprendan que están haciendo un oficio mal hecho. Que están sirviendo a unos intereses subalternos, de los cuales ninguno es más importante que la prensa. Ni la política, ni la presidencia, ni el congreso, ni los jueces. Nadie” puntualizo el maestro Gossain.

Desde que comenzó el sonajero de precandidatos a la alcaldía y Concejo de Ocaña se evidencio la dirección y posicionamiento que quisieron darle a algunas de estas personas, poniéndolas en  “altar” inmerecido por cuanto no representan siquiera la idea de ciudad que debemos tener y que por décadas no hemos conseguido pasando a la categoría de “utopía”.
Los nombres solo hacen eco al continuismo, clientelismo, amiguismo, que nos ha mantenido en el atraso, ahora pregunto amigo lector, ¿Acaso no existen más personas con un perfil idóneo o adecuado para servir? - De continuar la ciudad en los mismos y con las mismas estoy casi seguro que nos vendrán años y años de lo mismo, perdiendo una importante oportunidad.
Ni un nuevo mercado, ni una terminal en funcionamiento creada  para descongestionar el centro de la ciudad, ni seguridad, sin protección ambiental, ni una cara diferente, --- ¡nada! - Y los demás tragando entero esperando el día de elecciones para entregar el municipio a la misma clase politiquera y de paso embarrarla por no decir otra cosa.
La ciudad se quedo rezagada en lo parroquial, con enormes falencias y necesidades por cumplir, sino estamos para dar los pasos de cambio “apague y vámonos” Ocaña siempre será el platillo preferido de politiqueros y oportunistas de turno.

Por último, los males de la política tal parece se ven hasta en las elecciones de Cámara de Comercio, apatía para votar, llamados por lista, transporte, en fin el Comercio en las mismas condiciones de desamparo, olvidando funciones como: investigaciones económicas sobre aspectos específicos del comercio interno o exterior, organizar exposiciones y conferencias (bueno acá pocos asisten)  además de editar estudios (art 86 C. de C) dotación de instalaciones necesarias para la realización de ferias y otros eventos, promover el desarrollo regional, y otras más. En Ocaña la informalidad se toma la ciudad y por lo que veo no existe preocupación por esto, aunque las Cámaras de Comercio nunca han tenido tanta importancia pero si sería necesario conocer el estado o diagnostico actual del comercio local.
Aclaro en esta columna que todas las opiniones en este semanario, y medios virtuales,  son personales y en nada comprometen la compañía donde laboro.
Gracias por encontrarnos cada semana en el Informador del Oriente, hasta la próxima.
ADENDA: ¿Que va a pasar con la escuela Simón Bolívar centro?
                 ¿Ya existen soluciones?


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